LA PROEZA DE LLEGAR

LA PROEZA DE LLEGAR
No es la última mirada la que marca nuestro destino

miércoles, 19 de mayo de 2010

PARA ROSA

Tengo una amiga que se llama Rosa, y, justo, a partir de las doce, empieza su cumpleaños. Ella es, cuanto menos, diferente, pues con una sonrisa es capaz de iluminar toda una tarde. Hablo con ella casi todos los días y siempre aprendo algo nuevo. Es pura energía, y pura ilusión. Siempre está cuando es necesario, y si no puede se inventa otra perspectiva, otra dimensión desde dónde acercarse. Ha aprendido a mirar el pasado sin rencores para después dejarlo atrás. Se ríe de su propio ego y cree en el amor como fuente y fundamento de todas las cosas. Es valiente, es cauta, es espontánea. Quiere ir más allá del entendimiento y realizar los cambios que se precisen para mejorar el mundo.
Me gusta escucharla cuando se complica la vida con explicaciones abstractas. Y mirarla detenidamente  cuando compartimos los silencios. Me da la oportunidad de aprender que el hábito no hace al monje, y que es posible sobrevivirse al ritmo de los acontecimientos. Me ha dado fuerza saber que contaba conmigo, y me ha reconfortado saber que contaba con ella. En los momentos duros hemos llorado juntas. En las ridiculeces, nos hemos hartado de reírnos. Me siento orgullosa de compartir espacios y tiempos, y se me llena el alma de alegría cuando sé, que pase lo que pase y estemos dónde estemos siempre seremos AMIGAS. 
Te quiero Rosa, nunca lo olvides.