Por más que oía cómo nos contaban que el mar estaba negro en las costas de Florida no podía creerlo. Otro desastre ecológico en un mundo ya bastante desastrado. Veía las imagenes y no podía dar crédito. El domingo tendré que explicarles a mis hijas otra hecatombe que me está grande. Improvisaré alguna cosilla para que no me pille el toro, y ya que no queda ótra que limitarse a observar, intentaremos, al tiempo, empezar a concienzar, que no está de más multiplicar los efectos medioambientales de una sola piedra...
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